Después del nacimiento de mi primera hija, estaba exhausto. Este no era el agotamiento o agotamiento habitual que ocurre después de dar a luz. A los 25 años, era una madre joven y no debería haber estado sufriendo de letargo, ojeras y dolor constante en mis articulaciones y huesos. Finalmente me diagnosticaron una combinación de tres enfermedades autoinmunes, un cóctel básicamente, que consiste en lupus, artritis reumatoide y esclerodermia.
De hecho, tuve la suerte de que hubo tres problemas menores en lugar de uno completo, pero aún así era una situación que amenazaba la vida y me causaba un gran dolor físico. Años después de mi diagnóstico, estoy completamente en remisión y me siento mejor que nunca. ¿Qué condujo a esta transformación completa en la salud?
No era la serie de esteroides y medicamentos antiinflamatorios que los médicos recetaban. No fue toda la terapia que hice para entender por qué era "alérgica" a mi sistema inmunológico. Lo que me ayudó a encaminarme hacia la salud fue eliminar el trigo, agregar grasas saludables y más proteínas. Fui vegetariano estricto durante más de 26 años, por razones morales y éticas, y ahora puedo decir que sin duda esto había estado envenenando mi cuerpo, mi salud y mi sistema endocrino hormonal. Todavía soy principalmente vegetariano, pero como un poco de carne de res alimentada con pasto una vez cada pocos meses con fines medicinales. Eso y asegurarme de que mi dieta sea 100% orgánica, llena de grasas saludables y muchas verduras ricas en minerales me ha brindado el tipo de vitalidad y salud que siempre anhelé cuando tenía entre 20 y 30 años. Los cinco alimentos que realmente me ayudaron a sanar son:
Aguacates
Los aguacates son antiinflamatorios y contienen grasas saludables como ácido oleico, ácidos grasos omega y antioxidantes. También promueven la regulación del azúcar en la sangre.
Aceite de coco
El aceite de coco contiene vitamina E, propiedades antibacterianas y grasas saludables para la salud de la piel y el cabello.
Mantequillas de frutos secos
Mantequillas de nueces como las mantequillas de almendras y nueces ricas en proteínas, vitaminas B, calcio, minerales, omega-3 y más.
Verduras de hojas verdes
Las verduras como la col rizada, las espinacas y las ortigas son la forma más concentrada de nutrición. Son ricas en minerales y vitaminas como la K, C y E.
Caldo de hueso o carne de res alimentada con pasto
La carne o caldo de bisonte, tomado con fines medicinales, contiene omega-3 y vitamina E.