Algunos de los suplementos dietéticos más comunes que se usan en los EE. UU. en la actualidad son el omega-3 y la CoQ10. A menudo se consumen individualmente o juntos para mejorar la salud del cerebro y el corazón. Incluso puedes encontrar suplementos con los dos compuestos combinados.
Los omega-3 son un tipo de ácidos grasos que se encuentran comúnmente en los pescados grasos, como el salmón o la caballa. La conenzima Q10 ocurre naturalmente en el cuerpo y existe en muchos alimentos. Es un nutriente que actúa como antioxidante, protege a las células del daño y participa en actividades metabólicas.
Cuando se toman como suplemento, ambos brindan beneficios para tratar la inflamación, mejorar la función cardíaca y mantener el funcionamiento óptimo del cerebro. Uno no es necesariamente mejor que el otro.
Importancia de CoQ10 y Omega-3
Su cuerpo usa CoQ10 para ayudar a generar energía dentro de cada una de sus células. La CoQ10 se consume naturalmente a través de los alimentos, incluidas las vísceras, la carne de res, las sardinas, las espinacas y la coliflor, o la fabrica su cuerpo. Sin embargo, los niveles de producción de CoQ10 de su cuerpo comienzan a disminuir después de los 20 años.
Omega-3 es un ácido graso esencial, lo que significa que es vital para un crecimiento saludable, pero el cuerpo no puede sintetizarlo de manera efectiva. El omega-3 es necesario para la construcción de membranas celulares saludables y es un componente importante de las vainas de mielina en el sistema nervioso, el aislamiento del cableado de los nervios.
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Función de CoQ10
CoQ10 es un antioxidante por lo que protege sus células contra el daño de los radicales libres causado por la contaminación, la exposición al sol y la vida diaria. CoQ10 también puede apoyar su sistema inmunológico e incluso puede retardar el crecimiento de células cancerosas.
Se ha descubierto que tanto la CoQ10 como el Omega-3 tienen efectos antiinflamatorios que lo protegen contra la enfermedad de Parkinson y la retrasan, reducen la presión arterial y mantienen la salud del corazón.
Función de Omega-3
Omega-3 tiene varias formas diferentes. DHA y EPA son dos tipos cruciales que se encuentran en los peces de agua fría, como la caballa, el salmón y el bacalao. ALA, o ácido alfa-linolénico, es otro tipo de omega-3 que se encuentra en fuentes vegetales como nueces y semillas. El cuerpo sintetiza el ALA con menos eficacia, pero aun así ofrece beneficios.
Se ha descubierto que el omega-3 reduce el riesgo de ataque cardíaco en personas con y sin enfermedad cardíaca diagnosticada. Parece reducir el riesgo de latidos cardíacos irregulares y reducir el colesterol y aumentar la circulación sanguínea, según la American Heart Association.
Un informe en la edición de 2006 de "The Journal of Clinical Psychiatry" señala que existe un claro beneficio del consumo de Omega-3 para la depresión tanto bipolar como unipolar cuando se usa junto con la medicación tradicional.
Fuentes y dosis de omega-3
El consumo de pescado azul supera los riesgos potenciales de contaminación por mercurio u otros contaminantes asociados con estas elecciones dietéticas. La American Heart Association recomienda comer pescado azul al menos dos veces por semana para adultos mayores con o sin enfermedad cardíaca diagnosticada. Si tiene una enfermedad cardíaca, la AHA recomienda un gramo de Omega-3 por día, ya sea de pescado azul o de suplementos. Si prefiere no consumir pescado, el omega-3 en forma de suplemento es suficiente.
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Fuentes y dosis de CoQ10
Dado que no hay suficiente CoQ10 disponible en los alimentos para satisfacer las necesidades del cuerpo, un suplemento dietético completa sus necesidades.
Como suplemento dietético, no existen pautas de la FDA para la dosificación; sin embargo, el Centro Médico de la Universidad de Maryland recomienda una dosis de 30 miligramos a 200 miligramos por día.
Tomar omega-3 o CoQ10 no es realmente una opción de "esto o lo otro". Ambos son beneficiosos y pueden complementarse como parte de un régimen regular de suplementos.
Antes de tomar cualquier suplemento, o ambos, consulte con su médico. Los suplementos no están regulados por la Administración de Drogas y Alimentos de los EE. UU., por lo que es importante conocer las posibles interacciones y contraindicaciones de los medicamentos.