Las dietas ricas en frutas y verduras se asocian con un menor riesgo de enfermedades como las enfermedades cardiovasculares (ECV) y el cáncer. Se cree que los compuestos dietéticos, incluidos los polifenoles presentes en los alimentos vegetales, contribuyen a su efecto protector. Sin embargo, debido al hecho de que los polifenoles no son un requisito absoluto en nuestra dieta, y que sus beneficios para la salud en humanos aún se debaten, actualmente no existe una recomendación dietética oficial para la ingesta de polifenoles.
¿Qué son los polifenoles?
Los polifenoles están naturalmente presentes en las plantas. A diferencia de las vitaminas y los minerales, los polifenoles no son nutrientes esenciales, lo que significa que el cuerpo humano no los necesita para mantener la vida, pero pueden ejercer funciones beneficiosas. Las frutas y verduras son fuentes de polifenoles. Otras fuentes incluyen nueces y semillas, hierbas, productos de cacao (por ejemplo, chocolate negro), productos integrales, té y café y vino tinto. Los polifenoles han sido reconocidos por sus propiedades antioxidantes y, dado que son las sustancias con potencial antioxidante más extendidas en nuestra dieta, muchos investigadores están investigando sus actividades biológicas.
La hipótesis del antioxidante
Los antioxidantes de la dieta pueden proteger al cuerpo del daño oxidativo que, con el tiempo, puede conducir al desarrollo de enfermedades como el cáncer o las enfermedades cardiovasculares. Los antioxidantes dietéticos típicos son la vitamina C, la vitamina E y los carotenoides, mientras que los minerales como el zinc o el selenio son componentes clave de las enzimas antioxidantes en el cuerpo. Sin embargo, las altas dosis de antioxidantes en forma de suplementos de vitaminas y minerales no parecen reducir aún más el riesgo de ECV y cáncer.
El efecto antioxidante de los polifenoles se ha estudiado principalmente in vitro, es decir, fuera del cuerpo humano. Además, demostrar que los polifenoles también actúan como antioxidantes en el cuerpo humano no es una tarea fácil, ya que los polifenoles sufren cambios cuando se ingieren.
Polifenoles y salud
Gran parte de la evidencia que respalda un efecto protector de los polifenoles sobre las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y las enfermedades neurodegenerativas proviene de estudios in vitro que utilizan cultivos de células humanas y estudios en animales. Sin embargo, es difícil establecer su relevancia biológica y cómo impactan en la salud humana. Las dosis probadas son a menudo mucho más altas que las cantidades consumidas en la dieta de un individuo. Después de la ingestión, los polifenoles se metabolizan y, por lo tanto, es posible que no estén presentes en el cuerpo en las formas en que se probaron en los estudios in vitro. Además, su presencia en los fluidos corporales (plasma) suele ser extremadamente baja.
Se cree que los polifenoles pueden ejercer un efecto cardioprotector a través de varias vías. Pueden mejorar el funcionamiento del revestimiento interno de los vasos sanguíneos, inhibir la agregación plaquetaria (previniendo la formación de coágulos de sangre en las arterias) e influir positivamente en los lípidos sanguíneos y la sensibilidad a la insulina.
La evidencia de los estudios en humanos hasta la fecha es más limitada y, por lo tanto, es difícil sacar conclusiones firmes. Además, muchos de los estudios que investigan el efecto de los polifenoles en los resultados de salud utilizan alimentos ricos en polifenoles en lugar de polifenoles aislados. Por lo tanto, es difícil asignar los efectos encontrados específicamente a los polifenoles; los efectos podrían ser consecuencia de otros componentes de los alimentos.
Hasta la fecha, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, que está evaluando científicamente las declaraciones de propiedades saludables de los productos alimenticios, ha rechazado todas las declaraciones de polifenoles excepto el aceite de oliva. El aceite de oliva (que contiene al menos 5 mg de hidroxitirosol -un polifenol- y sus derivados por cada 20 g de aceite de oliva) puede afirmar que “los polifenoles del aceite de oliva contribuyen a la protección de los lípidos sanguíneos frente al estrés oxidativo”. El efecto beneficioso se obtiene con una ingesta diaria de 20 g de aceite de oliva.
Conclusión
Los alimentos vegetales y una dieta rica en plantas tienen un efecto protector comprobado contra las ECV, el cáncer y otras enfermedades y, por lo tanto, son un componente crucial de una dieta sana y equilibrada. Muchos países europeos recomiendan que adultos y niños ≥ 1 año consuman al menos 5 porciones de frutas y verduras, y que consuman alimentos integrales todos los días. Estudiar y aislar los efectos de los polifenoles no es una tarea fácil y se necesita más investigación.