10 razones para evitar los alimentos grasos trans

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Solo hay un tipo de grasa que todos los médicos están de acuerdo en que se debe evitar a toda costa:las grasas trans. Estas grasas que obstruyen las arterias aumentan los niveles de colesterol malo (LDL) y también reducen los niveles de colesterol bueno (HDL). Esta dinámica poco saludable es una receta para el desastre, aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas y muchos otros riesgos para la salud.

Si bien una cantidad inofensiva de grasas trans se encuentra naturalmente en las carnes y los productos lácteos, muchas fábricas de alimentos agregan aceites hidrogenados a los alimentos para aumentar la vida útil. Los alimentos típicamente ricos en ácidos grasos trans incluyen productos horneados o fritos comercialmente, como donas y papas fritas. Analizamos la investigación y encontramos las 10 razones para evitar los alimentos grasos trans.

Aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular y accidente cerebrovascular

En un estudio de 2014, la asociación exploró la relación entre las grasas trans y el accidente cerebrovascular en varios participantes masculinos. Llegó a la conclusión de que el riesgo de accidente cerebrovascular aumentó en un 14 por ciento en los participantes, lo que confirma el peligro de las dietas con grasas trans. Otro estudio realizado en 2015 reveló que una dieta rica en grasas trans aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, mientras que una dieta rica en grasas poliinsaturadas reduce este riesgo.

Relacionado con la obesidad

Una dieta rica en grasas trans aumenta la distribución de la grasa corporal en el abdomen. La mejor manera de evitar esto es limitando la ingesta de alimentos grasos trans tanto como sea posible. Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Wake Forest realizaron un estudio en monos verdes africanos machos, en el que el grupo experimental recibió una dieta alta en grasas trans durante un período de seis años. Los resultados revelaron que los monos ganaron una cantidad significativa de peso alrededor de su abdomen, incluso cuando consumían una cantidad moderada de calorías.

Disminuye las posibilidades de fertilidad

Las grasas trans también pueden disminuir la fertilidad en las mujeres. Las investigaciones muestran que las mujeres que consumen regularmente alimentos grasos trans tienen un mayor riesgo de problemas de fertilidad asociados con la ovulación. Estos efectos son causados ​​por una interferencia de los receptores celulares involucrados en el metabolismo de la glucosa y la sensibilidad a la insulina. No sorprende que las grasas trans sean las culpables de estos problemas de salud, que también se sabe que contribuyen al síndrome de ovario poliquístico.

Asociado a enfermedades autoinmunes

Los efectos inflamatorios de los ácidos grasos trans crean un entorno en el que pueden florecer las enfermedades autoinmunes. La inflamación dificulta el crecimiento de las enzimas antioxidantes, lo que allana el camino a varias enfermedades autoinmunes como el cáncer, el lupus y la artritis reumatoide.

Aumenta el riesgo de enfermedad de Alzheimer

Aunque las posibilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer están genéticamente predispuestas, muchas investigaciones han demostrado que una dieta saludable, especialmente una rica en ácidos grasos Omega-3, puede prevenir el desarrollo de esta enfermedad. Por otro lado, una dieta poco saludable puede intensificar el desarrollo de esta enfermedad. Un estudio realizado en 104 personas mayores descubrió que los participantes con un nivel más alto de ácidos grasos trans en la sangre tenían cerebros más pequeños. Esta primicia experimental es significativa porque el encogimiento del cerebro es un síntoma de la enfermedad de Alzheimer.

Potencia la agresión y la irritabilidad

Un ensayo clínico de 2012 administrado por la Universidad de California-San Diego fue el primer estudio que proporcionó evidencia que vincula el consumo de grasas trans con el comportamiento agresivo. El estudio mostró que las dietas altas en grasas trans se asociaron drásticamente con la agresión, independientemente del sexo o la edad. Este sello demuestra que lo que estás poniendo en tu cuerpo puede servir como marcador de agresividad e irritabilidad.

Asociado con diabetes tipo 2

La Asociación Estadounidense de Diabetes recomienda evitar las grasas trans a toda costa, incluso más que las grasas saturadas. Esto se debe a que las grasas trans aumentan los niveles de colesterol en la sangre, lo que está directamente relacionado con el avance de la diabetes tipo 2. La mejor manera de evitar las grasas trans es comer conscientemente. Esto se puede hacer asegurándose de leer las etiquetas de información nutricional y las listas de ingredientes. Y asegúrese de tener cuidado con ingredientes como el "aceite hidrogenado".

Causa acné

Los efectos inflamatorios de los alimentos grasos trans también pueden ser el origen del acné persistente. La inflamación crónica es la causa principal del acné, lo que hace que las grasas trans sean un enemigo para cualquier persona con piel propensa al acné.

Relacionado con la depresión

Una dieta saludable para el corazón es una gran medida preventiva para combatir la depresión. Los investigadores afirman que una dieta alta en grasas trans puede aumentar el riesgo de desarrollar depresión en casi un 50 por ciento. Esto se debe a los peligrosos efectos biológicos causados ​​por los alimentos grasos trans. Por otro lado, las grasas saludables para el corazón, como las grasas poliinsaturadas, tienen efectos inversos. Estos resultados afirman que el desarrollo de la depresión tiene factores nutricionales.

Puede reducir los beneficios socioeconómicos

Las enfermedades cardiovasculares asociadas al consumo de grasas trans podrían implicar visitas hospitalarias más frecuentes, lo que a su vez aumenta las desigualdades en salud ya existentes. Una reducción en el consumo de grasas trans puede disminuir esta desigualdad socioeconómica al reducir la prevalencia de enfermedades del corazón en las minorías.