Lo complicado de los alimentos procesados (también conocidos como comida chatarra) es que en realidad son adictivos, y es nuestra adicción a estos alimentos, en lugar de nuestro amor por estos alimentos, lo que hace que sea particularmente difícil dejarlos. Pero, como con cualquier adicción, cuanto más tiempo pases sin este tipo de alimentos, menos los anhelarás, hasta el punto en que ya no te atraigan porque te sientes increíble sin ellos.
Las investigaciones han demostrado que los alimentos que contienen cantidades excesivas de azúcar, grasa o sal son capaces de causar cambios en nuestro cerebro similares a los que se observan con la adicción a las drogas. Un estudio publicado en 2018 también informó que las personas que redujeron su consumo de alimentos procesados en realidad experimentaron algunos de los mismos síntomas físicos y psicológicos que las personas que dejaron de fumar.
Antojos de azúcar
El azúcar agregada a menudo se conoce como la "droga favorita de Estados Unidos" porque, al igual que las drogas, provoca una liberación de dopamina y endorfinas en el cerebro. Es por eso que a menudo nos encontramos deseando “algo dulce” y luego distraídos, deprimidos o enojados cuando no conseguimos nuestra “dosis”. Los dulces azucarados, los pasteles, las galletas y el chocolate se comercializan intensamente entre los niños desde una edad temprana sabiendo que las experiencias tempranas de los niños a menudo dan forma a su comportamiento posterior, lo que los hace más propensos a comprar alimentos azucarados cuando sean mayores. Esta es una gran noticia para la industria del azúcar, pero una mala noticia para nuestra salud, ya que comer demasiada azúcar añadida es un factor importante que contribuye a las enfermedades crónicas, incluidas las enfermedades cardíacas, la diabetes y el cáncer.
La abstinencia de azúcar agregada en realidad puede causar náuseas, dolores de cabeza y fatiga, y se parece mucho a un ataque de gripe. La forma en que haga frente a los síntomas de la abstinencia de azúcar dependerá de sus objetivos, así que manténgase enfocado en sus objetivos de salud óptimos y recuerde:¡consumir los azúcares naturales que se encuentran en la fruta entera está completamente bien!
La trampa del queso
El queso es otro excelente ejemplo de un alimento procesado adictivo.
El queso, que es la mayor fuente de grasa y colesterol en la dieta estadounidense, contiene una serie de ingredientes que activan los receptores del placer en nuestro cerebro, incluidas las grasas saturadas, el sodio y la caseína (proteína animal). También contiene fragmentos de caseína llamados casomorfinas:un compuesto opiáceo similar a la morfina.
La dopamina es uno de los neurotransmisores del cerebro que ayuda a regular el movimiento, la atención, el aprendizaje y las respuestas emocionales. Dado que la dopamina contribuye a los sentimientos de placer y satisfacción como parte del centro de placer del cerebro, también juega un papel en la adicción.
Las investigaciones han demostrado que varias drogas adictivas y productos de origen animal, como el queso, aumentan la actividad de la dopamina en nuestro cerebro para alentarnos a buscar y consumir más. Esta es, sin duda, la razón por la que tantas personas lo anhelan, hablan de él y afirman que "no podrían vivir sin él".
Dejar el hábito
Es importante tener en cuenta la calidad adictiva de los productos animales y los alimentos procesados cuando se embarca en un estilo de vida vegano más saludable basado en plantas. Saber que las adicciones se pueden combatir y vencer con la cantidad adecuada de conocimiento, orientación y determinación será fundamental para su éxito. Y descubrir que la comida que te espera al otro lado no solo sabe increíble sino que también te hace sentir increíble es lo que hace que el viaje valga la pena.
