Desarrollar una relación saludable con la comida puede cambiar tu vida, especialmente cuando se trata de tu salud. Los trastornos alimentarios son increíblemente comunes, pero desarrollar una relación saludable con la comida no tiene por qué ser un objetivo desafiante o descabellado.
Desafortunadamente, la mayoría de las personas no tienen la conexión consciente correcta con su nutrición. Cuando eres primogénito, tu relación con la comida está en su etapa más orgánica. Comes lo que está disponible para ti cuando tienes hambre y buscas las fuentes específicas de nutrición que tu cuerpo necesita.
Cuando eres niño, no te preocupas por cuántas calorías hay en tu plato o si tu cena tiene un alto contenido de colesterol. A medida que envejeces, aprendes más sobre nutrición, qué alimentos son buenos para ti y qué alimentos debes tratar de evitar. Desde una perspectiva, esta educación relacionada con la comida es algo bueno. Significa que puede tomar mejores decisiones adaptadas a su salud.
Sin embargo, su conocimiento de qué alimentos son "malos" para usted también puede generar sentimientos poco saludables de culpa, vergüenza y pánico cuando come. Estos son los sentimientos que a veces dan paso a los trastornos alimentarios.
Además de eso, muchas personas no comen con atención y prefieren comer sin pensar cuando están aburridas en casa. Esta no es una buena relación con la comida, especialmente si tienes el hábito de comer bocadillos tarde en la noche.
Entonces, ¿cómo haces para desarrollar una relación saludable con la comida?
Definición de su relación con la comida
Antes de que pueda desarrollar una relación positiva con la comida, necesita saber cuál es su posición actual. En particular, una buena relación con la comida no tiene nada que ver con la calidad de su dieta o la cantidad de calorías que consume. Más bien, se trata de cómo y por qué eliges comer ciertos alimentos.
Si sus decisiones sobre qué comer están impulsadas por sentimientos de culpa, obsesión y otras emociones negativas, esto indica una mala relación con la comida. A continuación se presentan algunos de los síntomas de una relación poco saludable con la comida, para ayudarlo a diagnosticar el problema:
- Te sientes culpable por comer ciertos alimentos
- Evitas o restringes obsesivamente ciertos alimentos
- Tener reglas específicas sobre los alimentos que puede y no puede comer (no determinadas por condiciones de salud como alergias e intolerancias)
- Confiar en gran medida en las aplicaciones o en el conteo de calorías para saber cuándo dejar de comer
- Ignorar las señales naturales de hambre de tu cuerpo
- Con frecuencia te involucras con dietas de moda
- Siente mucho estrés y ansiedad al comer en entornos sociales
- Comer en exceso ciertos alimentos hasta el punto de sentirse demasiado lleno e incómodo
- Comer sin pensar frente al televisor o mientras estás aburrido, incluso si no tienes hambre
- Incapacidad para controlar o monitorear las porciones
También vale la pena señalar que su relación con la comida puede ser transitoria. Algunas personas comen con total libertad a veces, luego se sienten restringidas en lo que pueden comer más tarde. El objetivo de desarrollar una relación saludable con la comida es tener experiencias más positivas con lo que comes.
¿Qué es una relación saludable con la comida?
La Asociación Nacional de Trastornos de la Alimentación define una relación saludable con la comida como “comer relajado”. Debes sentirte completamente cómodo y no impulsado por ninguna emoción específica en tus decisiones sobre qué comer. También debes comer conscientemente.
Aunque se considera saludable saber qué alimentos son buenos para usted y cuáles no, una relación saludable con los alimentos reconoce que hay más en comer que solo comer como combustible. A diferencia de los animales que comen únicamente para sobrevivir, los seres humanos comen por placer, socialización, tradición y diversión.
Las señales de que estás desarrollando una relación saludable con la comida incluyen:
- Darte permiso para comer alimentos que disfrutas
- Escuchar y respetar las señales de hambre de tu cuerpo
- Comer cuando tengas hambre y parar cuando estés lleno
- No imponer restricciones innecesarias sobre lo que puede comer
- No permitir que las opiniones de los demás dicten lo que come
- No contar calorías o estresarse por su peso
- Comer alimentos con moderación (la cantidad adecuada en el momento adecuado)
- Comprender que no estás definido por los alimentos que comes
- Elegir alimentos que te hagan sentir bien
Tenga en cuenta que, para muchos de nosotros, nuestra relación con la comida está significativamente influenciada por las expectativas sociales. La creciente presión de ser “delgado” y comer alimentos saludables en todo momento puede ser difícil de ignorar. El mundo en el que vivimos significa que no es fácil simplemente dejar de preocuparse por lo que come. Construir una buena relación con la comida lleva tiempo.
Cómo construir una relación más saludable con la comida
Si, después de leer los síntomas anteriores, has decidido que no tienes la mejor relación con la comida, no entres en pánico. Puedes comenzar a construir una mejor conexión con tu nutrición.
Comience por averiguar qué alimentos debe restringir en su dieta por motivos legítimos de salud. Puede hacerlo mediante análisis de sangre, pruebas de alergia y pruebas de ADN para determinar a qué alimentos es genéticamente sensible. Una prueba de CircleDNA lo ayudará a comprender mejor sus intolerancias alimentarias.
Después de saber lo que puede y no puede comer:
1. Date permiso incondicional para comer
Esto puede sonar simple, pero la mayoría de nosotros ponemos muchas condiciones para poder comer. Si está tratando de perder peso, es posible que se diga a sí mismo que no puede comer ningún alimento que pueda influir en su cintura. O puede decidir que solo puede comer una pequeña porción de una determinada comida.
Crear reglas sobre cuándo puede y no puede comer lo prepara para el hambre, el miedo a la comida y los sentimientos de privación. En última instancia, tener algunas galletas extra para el postre puede ser mejor que tener demasiado miedo de abrir el tarro de galletas.
2 Come cuando tengas hambre
Naces con la habilidad natural de regular tu hambre. Los niños pueden darse cuenta fácilmente cuando están llenos o hambrientos, pero como adultos, tendemos a ignorar nuestros dolores de hambre y nos enfocamos en otros estímulos. Por ejemplo, puede decidir que está "lleno" porque su plato está vacío.
Además de esto, la cultura de la dieta nos dice que debemos apegarnos a una cantidad específica de calorías cuando comemos cada día, en lugar de solo comer hasta que estemos satisfechos. Cuanto más escuche sus señales reales de hambre, más fácil será regular su dieta y apetito.
3. Prueba la alimentación consciente
Comer conscientemente es quizás la parte más importante para arreglar una mala relación con la comida. En estos días, muchos de nosotros comemos distraídos, mirando un programa o revisando nuestros teléfonos. Esto hace que sea más difícil reconocer las señales de hambre y saciedad que ya nos cuesta identificar.
Comer conscientemente significa eliminar las distracciones y concentrarse solo en la comida. Notas el sabor y la textura de la comida, saboreas cada bocado y permites que tu cuerpo te diga cuando estás lleno. Comer conscientemente también te ayuda a identificar las razones de tus elecciones de alimentos. Por ejemplo, ¿estás comiendo porque realmente tienes hambre o simplemente porque estás aburrido?
Al comer, pregúntese:
- ¿Qué sabores estoy notando en este momento? ¿Los disfruto?
- ¿Cómo cambia este alimento mi apetito?
- ¿Este alimento satisface los antojos que tenía?
- ¿De verdad tenía hambre cuando decidí comer esto?
- ¿Es posible que esté comiendo por una razón distinta al hambre? , como la soledad, el aburrimiento o el estrés?
- ¿Qué me hizo elegir comer esto?
4. Explora todo tipo de alimentos
Con el tiempo, gradualmente nos acostumbramos a calificar algunos alimentos como “malos” y otros como “buenos”. Si bien algunos alimentos son definitivamente más nutritivos, comer un alimento "malo" de vez en cuando no necesariamente causará problemas graves de salud, a menos que sea alérgico.
Una de las peores cosas de etiquetar los alimentos como "malos", es que a menudo los anhelas más. Cuanto más te dices a ti mismo que no puedes tener un determinado alimento, más lo deseas. Un estudio probó este fenómeno poniendo a un grupo de personas que hacen dieta y que no hacen dieta en habitaciones privadas donde podían comer tantas galletas como quisieran. Los que no hacían dieta eran más propensos a regular su consumo.
Cuando permite que todos los alimentos formen parte de su dieta, es menos probable que se atrape o coma en exceso cuando tenga la oportunidad de "romper las reglas". Cuando pones todos los alimentos en la lista de "buenos" en tu dieta, también es menos probable que quieras galletas y pasteles constantemente.
5. No justifiques lo que comes
Permitirte comer cualquier cosa también significa que no tienes que justificar lo que decides comer ante nadie, ni siquiera ante ti mismo. No hay razón para decirle a alguien con quien estás sentado que pediste una hamburguesa en lugar de una ensalada porque tuviste un mal día. Tampoco tienes que explicar si cenaste una ensalada porque te apetece algo fresco.
Solo permítete comer la comida que creas que es mejor para ti en ese momento.
Muchos de nosotros asumimos que las personas que nos rodean examinan constantemente nuestras elecciones y las juzgan. Sin embargo, la realidad es que la mayoría de las personas probablemente no notan, no les importa o no les importa lo que estás comiendo. Están demasiado ocupados preocupándose por su propia vida para considerar lo que está pasando en la tuya.
Desarrollo de una relación saludable con la comida a lo largo del tiempo
La relación de una persona con la comida puede ser una batalla compleja. A algunas personas les cuesta más superar los malos hábitos y los trastornos alimentarios que otras. Si este es tu caso, es posible que tengas dificultades para desarrollar una relación saludable con la comida por tu cuenta.
Si no puedes dejar de obsesionarte con lo que comes, no puedes dejar de comer en exceso sin pensar, o te preocupa que tu relación con la comida te esté haciendo enfermizo, habla con un profesional. Hay médicos, dietistas, terapeutas y otros proveedores de atención médica que pueden ayudarlo a comprender su historial con los alimentos y guiarlo hacia un futuro mejor. Algunos terapeutas se especializan en trastornos alimentarios y pueden ofrecerle una gran cantidad de información.
Por encima de todo, recuerda que todas las buenas relaciones requieren práctica para dominarlas, así que sigue trabajando en ello y no dejes de intentarlo.