Cada vez que comemos un alimento formador de ácido, nuestro cuerpo necesita llevar los niveles de pH de la sangre a un estado de equilibrio, y lo hace mediante la liberación de minerales ricos en alcalinos como el calcio, el fósforo y el magnesio en el torrente sanguíneo.
El problema es que si no estamos comiendo suficientes alimentos formadores de alcalinos para que este proceso suceda naturalmente, entonces el cuerpo necesita localizar y usar esos minerales de otras partes del cuerpo. Por lo tanto, observa nuestros huesos, dientes y órganos y encuentra y utiliza los minerales que se encuentran allí, lo que puede resultar en un sistema inmunológico comprometido y una disminución en los niveles de energía.
Comer una dieta alcalina ayudará a mantener el cuerpo y los niveles de pH en equilibrio. En su cuerpo, los niveles de pH de la sangre deben mantener un nivel ligeramente alcalino para mantenerlo fuerte y saludable. Puede mantener este equilibrio comiendo más alimentos formadores de alcalinos, como frutas, verduras, nueces y hierbas.
Como regla general, sigue estos consejos y estarás en camino a la alcalinidad.
Come el espectro naranja.
Los alimentos de color naranja brillante, como los albaricoques, las zanahorias, la calabaza de invierno y la calabaza, son excelentes para sumergirse en este invierno. Los flavonoides, los pigmentos naturales que dan color a las plantas, tienen propiedades antioxidantes, alcalinizantes y protectoras de las células. Todos los tubérculos proporcionarán algunos beneficios alcalinizantes, pero las zanahorias ofrecen un golpe especial por sí mismas. Intente usarlos en su próximo jugo verde, crudos en platos de todo tipo, o incluso tuéstelos ligeramente en el horno para agregar un sabor caramelizado. Las batatas también brindan beneficios similares.
Cárgate de ajo.
El ajo es una superestrella moderadamente alcalinizante que aumenta la inmunidad y está disponible todo el año. Un diente de ajo contiene más de 100 compuestos sulfúricos que son lo suficientemente potentes como para acabar con las bacterias y las infecciones. Agregar ajo a sus comidas o beber té de ajo le brindará una inyección de munición fortalecedora e inmunoestimuladora esta temporada de invierno.
Prueba la cúrcuma.
La cúrcuma, una especia picante, que tiene muchos beneficios sorprendentes para el cuerpo, contiene curcumina, un compuesto que aumenta el nivel de proteínas que estimulan la inmunidad en nuestros cuerpos. Estas proteínas ayudan a combatir las bacterias y los virus cuando intentan atacar. La cúrcuma también es un antiinflamatorio y analgésico natural, un beneficio adicional si está luchando activamente contra el virus de la gripe.
Beba sopas.
Use vegetales en lugar de agregar cubitos de caldo o mezclas preparadas para guisos, que generalmente están llenas de aditivos innecesarios y exceso de aceite. Las sopas son una maravillosa versión invernal de las ensaladas, y puedes ser realmente creativo una vez que hayas hecho una base de apio, cebolla, ajo y pimientos con un poco de caldo; ¡entonces puedes agregar cualquier verdura alcalinizante que tengas a mano y hacer nuevas variaciones a tu gusto!
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