El caldo de huesos es un alimento maravilloso rico en minerales, colágeno y aminoácidos, nutrientes que pueden faltar en la dieta estadounidense estándar. Pero ya sea que beba caldo de huesos por sus cualidades nutritivas o simplemente para entrar en calor en una mañana fría, beber una taza tras otra de caldo puede resultar un poco aburrido.
¿La solución? Eleve el sabor de su rutina de caldo de huesos con estas diez adiciones de sabor:harán que se enamore de esta bebida saludable nuevamente. Todo lo que necesita son doce onzas de caldo de huesos de carne de res o de ave, luego desarrolle el sabor con estas sencillas adiciones a la receta.
1. Ilumínalo.
Use un poco de limón recién exprimido, sal marina y pimienta negra fresca para alegrar el rico sabor del caldo.
2. Aumenta el yodo.
Los alimentos o suplementos ricos en yodo pueden ayudar a la tiroides a mantener el equilibrio hormonal. Las fuentes dietéticas de yodo incluyen yogur, vegetales marinos y huevos. Agregue 1/4 de cucharadita de gránulos de alga marina, kombu o dulse (estos vienen en prácticos frascos mezcladores) a su caldo para obtener una dosis extra de yodo.
3. Cárgate de grasas saludables.
Agregue una cucharadita más o menos de ghee orgánico alimentado con pasto o aceite de coco para agregar algunas grasas saludables y hacer que el caldo llene un poco más.
4. Agregue algunos sabores picantes.
El jengibre recién rallado, la lima, la sriracha y un poco de cebolla verde finamente picada agregan un gran impacto.
5. Hazlo cremoso y decadente.
Agregue 1/4 taza de leche de coco, el jugo de la mitad de un limón y un poco de cilantro fresco para obtener una versión cremosa de inspiración tailandesa.
6. Haz una simple sopa de huevo.
Lleve el caldo a fuego lento mientras rompe y bate un huevo en un tazón pequeño. A continuación, bata el caldo hirviendo a fuego lento en el sentido de las agujas del reloj hasta que se produzca un efecto de remolino. Vierta lentamente el huevo en el caldo y deje que se cocine sin molestias. Termine la sopa con una cucharada de aminoácidos de coco (o sal marina, al gusto) y pimienta negra. Cubra con cebolla verde, si lo desea.
7. Hazlo parisino.
Cocine a fuego lento su caldo con un sache o un colador de té de hierbas de Provence durante al menos quince minutos, o hasta que alcance un perfil de sabor que disfrute. Termine con una cucharadita de ghee orgánico alimentado con pasto, sal marina y pimienta negra fresca.
8. Sube la temperatura.
1 cucharadita de tu salsa picante favorita (¡o más!) agregará un poco de especia y una dimensión diferente a tu caldo.
9. Hazlo verde.
Mezcle cuidadosamente el caldo con una taza de col rizada fresca o acelgas hasta que quede suave. Termina este caldo verde con el jugo de medio limón. Agregar estas verduras de hoja verde no solo aumentará la composición de vitaminas y minerales del caldo, sino que también agregará fibra, creando una comida o refrigerio más abundante en comparación con el caldo de huesos solo.
Nota importante:Cuando mezcle líquidos calientes, siempre ventile la tapa y cubra con una toalla de cocina limpia para que el vapor pueda escapar de manera segura. ¡Nunca llene una licuadora más de la mitad con líquidos calientes!
10. Convierte tu caldo en un destructor de frío estacional.
Agregue 1/4 de cucharadita de cúrcuma, un diente de ajo picado, una cucharadita de jengibre fresco rallado, una pizca de cayena y el jugo de 1/2 limón para ayudar a limpiar los senos paranasales. Todos estos ingredientes han sido promocionados por expertos para ayudar a aliviar los síntomas del resfriado y, además, realzan el sabor de su caldo. ¡Bebe!