¿Cuán importante es para nosotros como nación, y para nosotros como individuos, cambiar nuestros hábitos alimenticios?
Bueno, las enfermedades crónicas también se encuentran entre las condiciones de salud más prevalentes y costosas en los Estados Unidos. Casi la mitad (133 millones) de todos los estadounidenses sufren al menos una enfermedad crónica y, de manera alarmante, ese número está creciendo. El gasto en atención médica en los EE. UU. alcanzó un total de $3,3 billones de dólares al año, y las enfermedades crónicas representan casi el 75 % de ese gasto.
De las 10 principales enfermedades mortales en los Estados Unidos, al menos 6 están conectadas de alguna manera con lo que elegimos comer. Combinadas, estas 6 enfermedades (enfermedad cardíaca, cáncer, accidente cerebrovascular, diabetes, enfermedad hepática y aterosclerosis) representan alrededor del 63 % de todas las muertes anuales en los EE. UU.
Estudios recientes también han demostrado que las dietas deficientes son responsables de más muertes en todo el mundo que cualquier otro factor de riesgo, incluido el tabaquismo, que anteriormente se sabía que era una de las mayores amenazas para la salud pública.
Como sabemos, el consumo excesivo de productos animales y alimentos procesados en las dietas occidentales contribuye significativamente a la mala salud y aumenta el riesgo de que una persona desarrolle enfermedades crónicas. Las proyecciones de la Comisión de científicos Eat-Lancet muestran que continuar con nuestra dieta occidental estándar, junto con la población mundial rápida y el crecimiento económico que estamos viendo actualmente, generará cargas significativas para la salud y empujará los sistemas alimentarios más allá de los límites ambientales.
La misma comisión descubrió que la adopción generalizada de una dieta basada en plantas podría evitar aproximadamente 11 millones de muertes cada año y permitirnos alimentar a otros 10 000 millones de personas en todo el mundo, de manera saludable y sin dañar el planeta.
En vista de estas estadísticas, no hace falta decir que cambiar lo que comemos para contrarrestar la epidemia de enfermedades crónicas que azota a nuestra nación es de vital importancia, especialmente si nosotros, como sociedad, deseamos obtener acceso a una mejor calidad de atención médica y una mejor calidad de vida. calidad de vida.
Comprender cómo una dieta basada en plantas sin procesar puede ayudar a controlar, detener y, en ocasiones, incluso revertir enfermedades crónicas es la clave para influir positivamente en nuestros genes, tomar el control de los resultados de nuestras enfermedades y hacer que Estados Unidos vuelva a ser saludable.
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