Tendemos a evitar elegir manzanas con manchas marrones, asumiendo que saben mal. Pero si queremos terminar con el desperdicio de alimentos, tendremos que cambiar esa suposición. Investigador de la UCPH enfatiza que no hay nada malo con manzanas con formas extrañas o magulladas.
¿Qué plátanos terminan en su cesta de la compra, los uniformemente amarillos o los que tienen manchas marrones?
Si eres como la mayoría de las personas, omites los manchados y seleccionas los que son perfectamente amarillos. Esto se debe a que las emociones juegan un papel muy importante en nuestras decisiones de compra, según un estudio realizado por investigadores daneses y suecos.
“Elegimos la comida basándonos en una expectativa de cómo sabrá que está ligada a nuestros sentimientos. Entonces, si esperamos que un plátano marrón no coincida con el sabor de uno amarillo, optamos por este último”, explica Karin Wendin, profesora asociada del Departamento de Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Copenhague y una de las investigadoras detrás del estudio.
Aproximadamente 716.000 toneladas de alimentos se tiran en Dinamarca cada año, la mayoría de los cuales son frutas y verduras. Wendin lamenta este desperdicio porque la fruta marrón no es mala fruta:
“La fruta magullada o de forma extraña se puede usar fácilmente. Por lo general, saben tan bien como los especímenes de buen aspecto. Y en los casos en que una manzana está magullada o tiene una textura un poco harinosa, aún se puede usar para jugo o pastel. Cuando se tira una fruta "fea", se convierte en desperdicio de alimentos, lo cual es un gran problema, incluso desde el punto de vista financiero. Es por eso que debemos trabajar para reevaluar nuestros sentimientos sobre las frutas marrones y de formas extrañas”, dice ella.
La pegajosidad de una mala primera impresión
En el estudio, se pidió a 130 participantes que calificaran una serie de imágenes de manzanas con diferentes apariencias. Como era de esperar, las manzanas con deformidades e imperfecciones ocuparon el último lugar en términos de cuántos participantes querían comerlas.
Luego, los participantes tenían que probar una manzana diferente. Fue entonces cuando se hizo evidente que la mala primera impresión se volvió pegajosa.
“Cuando los participantes vieron una foto de una manzana fea y luego probaron una que era verde y perfecta, se aferraron a su creencia de que sabía horrible. Esto habla de hasta qué punto nuestras emociones y psicología influyen en las sensaciones gustativas”, dice Karin Wendin.
"Recordamos los sentimientos y expectativas negativos más que los positivos", explica.
Una mejor comunicación sobre cómo dorar los alimentos puede ayudar a limitar el desperdicio de alimentos
Por eso es imperativo que descubramos estrategias para interrumpir las emociones negativas asociadas con la fruta marrón. Karin Wendin explica con más detalle:
“Tal como están las cosas, la comunicación sobre nuestros alimentos, y lo que es bueno o malo, no funciona de manera óptima. La gente no sabe dónde buscar consejo y orientación. Pocos se conectan en línea para investigar las recomendaciones dietéticas nórdicas en el sitio web del gobierno danés. ¿Sabías, por ejemplo, que la fruta imperfecta suele ser más barata que sus vecinas más perfectas, aunque probablemente ambos productos tengan el mismo sabor? pregunta el investigador de desperdicio de alimentos.
Es por eso que debemos ayudar a los supermercados a comunicar claramente cómo evitar el desperdicio de alimentos tomando una fruta imperfecta, y también explorar qué plataformas son más efectivas para enviar mensajes sobre la dieta y el desperdicio de alimentos a los consumidores, cree Karin Wendin.
“¿O deberíamos, en cambio, comunicarnos en las redes sociales, dónde están las personas y dedicar tiempo a los problemas de estilo de vida? Sería interesante profundizar”, concluye.
Referencia:"En el ojo del espectador:gusto esperado y real por las manzanas con imperfecciones visuales" por Laura Andreea Bolos, Carl-Johan Lagerkvist, Anne Normann y Karin Wendin, 21 de agosto de 2020, Calidad y preferencia alimentaria .
DOI:10.1016/j.foodqual.2020.104065