Las nuevas pruebas pueden hacer que sea más difícil rastrear los brotes de intoxicación alimentaria hasta su origen. Imagen:Flickr / astairin
Algunas nuevas pruebas de diagnóstico para patógenos transmitidos por alimentos como Salmonella , Campylobacter y Escherichia coli obstaculizar la capacidad de los funcionarios de salud pública para detectar brotes. El problema está relacionado con la incapacidad de rastrear la contaminación hasta su origen.
En el pasado, los médicos realizaban pruebas de forma rutinaria en busca de posibles culpables bacterianos utilizando muestras de heces en los laboratorios. Luego, se enviaría un aislado a los funcionarios locales, estatales o federales, quienes harían una prueba de ADN para determinar la cepa exacta. Esta información se ingresó en el sistema PulseNet, que permite a los funcionarios de salud ver si las muestras de pacientes recién diagnosticados coincidían con las de la base de datos. Esto podría ayudar a determinar la fuente de contaminación.
Ahora, un cambio en los tipos de pruebas que se realizan en los laboratorios locales ha dado como resultado que se comparta menos información con otros funcionarios de salud. En 2010, el 15 % de los casos usaba pruebas sin cultivo, que brindan resultados más rápidamente, son menos costosas y es posible que no requieran muestras de heces. Además, algunos de ellos pueden detectar patógenos que las pruebas basadas en cultivos no diagnostican.
Estas nuevas pruebas significan que los funcionarios no están recibiendo los aislamientos necesarios para tomar las huellas dactilares de ADN, que es como los funcionarios de salud identifican la fuente de contaminación.
Según los CDC, uno de cada seis estadounidenses se enferma cada año por enfermedades transmitidas por los alimentos y 3000 mueren. Los funcionarios de salud pública deberán idear nuevas formas de monitorear y responder a nuevos brotes. En la actualidad, nadie está trabajando en una prueba que pueda ayudar a los funcionarios a rastrear brotes.
Para la gonorrea, una enfermedad para la cual la mayoría de las pruebas se realizan mediante pruebas sin cultivo, los CDC respondieron estableciendo un proyecto de vigilancia que les permitió monitorear las tendencias de nuevas maneras. En laboratorios en 28 ciudades de los EE. UU., se realizan cultivos y se toman aislamientos de muestras recolectadas de los primeros 25 hombres que tienen gonorrea uretral cada mes. Con estos datos, los funcionarios de salud aún pueden rastrear los brotes, pero aún no está claro si este enfoque funcionará para los patógenos transmitidos por los alimentos.
[a través de Scientific American]