Un nuevo estudio publicado en el Journal of Proceedings of the National Academy of Science descubrió recientemente que una sustancia química en el brócoli y otras verduras crucíferas puede reducir los síntomas del autismo.
El estudio duró 22 semanas y contó con 44 participantes, todos con autismo de moderado a severo. Los participantes se dividieron en tres grupos y los investigadores les dieron a dos grupos una dosis diaria de sulforafano. El sulforafano es un fitoquímico derivado del brócoli. La cantidad de sulfprafano que se administró dependió del peso de los individuos. El tercer grupo fue el grupo de control.
Al final de la semana 18, los investigadores observaron que las puntuaciones promedio en la evaluación entre los dos grupos disminuyeron en un 17 % y un 34 %. La evaluación midió cosas como los rasgos de comportamiento y las habilidades sociales de los participantes. Al final del estudio, 2/3 de los comportamientos sociales de los participantes mejoraron. El 46 % del grupo de sulforafano mostró una mejora notable en la interacción social, el 54 % en comportamientos aberrantes y el 42 % en la comunicación verbal.
Aunque no puede incorporar inyecciones directas de sulforfano en su dieta, puede obtenerlas al comer brócoli y otras verduras crucíferas. Son deliciosos y a menudo se pasan por alto. Proporcionaron grandes beneficios nutricionales y si ayudan a reducir los síntomas del autismo y mejoran la calidad de vida de estas personas, ¿por qué no comer más brócoli?
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