Según un nuevo estudio, los hombres pueden aumentar la diversidad de sus microbios intestinales bebiendo una cerveza lager con o sin alcohol al día.
Numerosos estudios han demostrado los beneficios para la salud del consumo moderado de alcohol (o tal vez no), especialmente el vino. Por ejemplo, beber vino con las comidas está relacionado con un menor riesgo de diabetes tipo 2, y se demostró que el consumo de vino mejora los niveles de presión arterial. Sin embargo, ¿qué pasa con otras bebidas alcohólicas, como la cerveza?
La cerveza es una bebida popular, especialmente entre los hombres, que también es una de las bebidas más antiguas inventadas por la humanidad. De hecho, hay evidencia de consumo de cerveza en China hace 5.000 años. Lager es una cerveza elaborada, fermentada y acondicionada a bajas temperaturas. Algunos consideran que la cerveza lager es la mejor para la salud del corazón, mientras que otros dicen que la cerveza oscura es más saludable debido a los niveles más altos de antioxidantes.
Al igual que el vino, la cerveza puede tener beneficios para la salud cuando se consume con moderación. Las cervezas sin alcohol se han vuelto muy populares recientemente, pero ¿son estas bebidas también saludables? En un estudio piloto, investigadores del Journal of Agricultural and Food Chemistry de la American Chemical Society informan que, en comparación con su microbioma previo al juicio, los hombres que bebían una cerveza lager con o sin alcohol al día tenían un conjunto más diverso de microbios intestinales, lo que puede reducir el riesgo de algunas enfermedades.
Trillones de microorganismos se alinean en el tracto gastrointestinal humano, lo que afecta directamente el bienestar de su huésped. Los estudios han demostrado que cuando hay más tipos de bacterias presentes, las personas tienden a tener menos posibilidades de desarrollar enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas y diabetes. Y la cerveza contiene compuestos, como polifenoles, así como microorganismos de su fermentación, que podrían afectar la variedad de microbios en el intestino humano.
Un estudio "cruzado" publicado anteriormente mostró que cuando tanto hombres como mujeres consumían cerveza lager sin alcohol durante 30 días, aumentaba la diversidad de su microbioma intestinal. Muchas de esas mismas personas también estaban en un segundo grupo que bebió una versión alcohólica de la cerveza y no tuvo el mismo efecto. Pocos otros ensayos clínicos han evaluado este problema, por lo que Ana Faria y sus colegas querían ver si encontrarían resultados similares con hombres en un tipo diferente de estudio, un diseño de ensayo aleatorio paralelo, con dos grupos separados de participantes.
En este estudio doble ciego, 19 hombres sanos se dividieron al azar en dos grupos que bebieron 11 onzas líquidas de cerveza rubia con o sin alcohol con la cena durante 4 semanas. Los investigadores encontraron que el peso, el índice de masa corporal y los marcadores séricos de salud cardíaca y metabolismo de los participantes no cambiaron durante el estudio. Pero al final del período de 4 semanas, ambos grupos tenían una mayor diversidad bacteriana en su microbioma intestinal y niveles más altos de fosfatasa alcalina fecal, lo que indica una mejora en la salud intestinal. Los investigadores sugieren que estos resultados podrían diferir de los del estudio anterior debido a los diferentes diseños de los ensayos y porque los participantes vivían en diferentes comunidades.
Sin embargo, según este estudio piloto, los investigadores afirman que consumir una botella de cerveza, independientemente de su contenido de alcohol, puede ser beneficioso para el microbioma intestinal y la salud intestinal de los hombres. Sin embargo, agregan que debido a que el nivel más seguro de consumo de alcohol es ninguno, la cerveza sin alcohol puede ser la opción más saludable.
Referencia:“Impacto del consumo de cerveza y cerveza sin alcohol en la microbiota intestinal:un ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado” por Cláudia Marques, Liliana Dinis, Inês Barreiros Mota, Juliana Morais, Shámila Ismael, José B. Pereira-Leal, Joana Cardoso, Pedro Ribeiro, Helena Beato, Mafalda Resende, Christophe Espírito Santo, Ana Paula Cortez, André Rosário, Diogo Pestana, Diana Teixeira, Ana Faria y Conceição Calhau, 16 de junio de 2022, Revista de Química Agrícola y Alimentaria .
DOI:10.1021/acs.jafc.2c00587
Los autores agradecen la financiación del Programa Operacional Competitividade e Internacionalização – COMPETE2020, Fundação para a Ciência e a Tecnologia (FCT), el Centro de Investigación en Salud y Tecnología y Servicios (CINTESIS) y el Centro de Investigación Integral en Salud (CHRC).